El caballo Apistos, luego de casi 2 años sin correr tras una lesión de tendones, salió el domingo a la pista para imponerse en gran demostración en el Clásico José María Vargas (Grado 2) que se llevó a cabo en el Hipódromo La Rinconada.
Pero, la historia de este caballo es digna de archivar en las anécdotas de los hípicos venezolanos. Se impuso en largo remate con la silla del jinete Carlos Rojas, el entrenamiento de Fernando Parilli y para los colores del abogado zuliano Hugo Albarrán Acosta.
Apistos llegó a cinco victorias en ocho presentaciones, de las cuales cuatro han sido de corte selectivo: a los tres años el Clásico Cría Nacional (Grado 1), Copa Taconeo, Copa Vittorio Catanese, y ahora; el Clásico José María Vargas (Grado 2). El purasangre registró el domingo 127” para los 2.000 metros.
Propietario Hugo Albarrán: “No lo podía creer”
El caballo nació en 2015 en el haras Oropal de la familia Nuccio, en el estado Aragua. Hijo del semental Deliberately en la yegua madre Ligia Elena por Solitary Vision.
“No lo podía creer, cuando Apistos pasó la raya en ganancia en el Clásico José María Vargas. Cuando faltaban 200 metros, pensé que se estaba parando. Pero, qué nobleza. Celebré por todo lo alto este triunfo, inclusive más que las victorias de My Own Business. Es que salir y ganar, después de casi 2 años sin correr, es un gran mérito. Se trata de un gran caballo”, señaló su propietario Hugo Albarrán.
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Pero, la historia de Apistos, no concluye allí. Hugo Albarrán se quedó con la madre del caballo: Ligia Elena. Parió varias veces, pero este producto fue para él. “No me costó prácticamente nada, Apistos. Por eso, tengo que agradecer toda la gentileza y apoyo de Nino y Pedro Nuccio, del haras Oropal”, destacó Albarrán, quien es propietarios de caballos desde finales de los 80.
“Gracias a la paciencia del entrenador Fernando Parilli, también se ganó el Vargas. Y Carlos Rojas que fue un campeón en la conducción”, dijo.
Apistos: ilusión y lesión
El potro en 2018 estaba listo para representar a Venezuela en el Clásico del Caribe en Gulfstream Park, Estados Unidos. Sin embargo, en su último ejercicio se lesionó el tendón del miembro anterior izquierdo. Quedó fuera de la cita caribeña.
Tras su regreso a Venezuela, fue intervenido quirúrgicamente por el médico veterinario Carlos Larrazábal, quien hoy reside en Costa Rica.
“A Apistos lo evaluamos y le realizamos todos los exámenes. Luego, le sacamos células madres de su esternón para inyectarlas en la lesión en el flexor digital superficial en su tercio medio del miembro anterior izquierdo”, explicó Larrazábal.

“De igual manera, le hicimos otra cirugía donde le cortamos un ligamento que se llama anular para liberar esa presión. Se le dio su tiempo y tardó bastante porque en sus inicios se inflamó un poco, ya que Apistos es un caballo de mal carácter. Es un poco intolerante al manejo de las vendas diarias y de quedarse quieto en el puesto. Pero, tuvo una lesión en ese tendón, lo tratamos con células madres y quedó muy bien”, declaró el cirujano en medicina deportiva equina.
David Rodríguez: “Llegó bien de la carrera”
El médico veterinario, discípulo de Carlos Larrazábal, es el responsable de la salud del caballo Apistos en el Hipódromo La Rinconada, concretamente en la caballeriza del entrenador Fernando Parilli.
“Este lunes revisé el caballo y llegó bien. Salió a caminar perfecto. El entrenador Fernando Parilli le dará un descanso hasta el jueves. No le da la semana completa porque Apistos tiene mucho carácter, y se pone demasiado bravo”, detalló David Rodríguez.
“Es un gran logro del entrenador Fernando Parilli. Le tuvo mucha paciencia en los ejercicios y para esperarlo. Un gran trabajo de los capataces y de su caballerizo Gregorio Figuera. Todos los días Apistos lleva frio en las manos y en los días de briseo se le coloca hielo y masajes en sus tendones”, contó el médico veterinario.
“Desde que Apistos comenzó a ejercitar de 800 a 1.000 metros, siempre se le hace su endoscopia y se revisa a ver cómo está su tendón. Gracias a Dios se ha mantenido firme”, resaltó.
Y el médico veterinario David Rodríguez finalizó: “Lo más importante es que el caballo llegó bien a la cuadra”.
Apistos, caso especial en el hipismo de Venezuela, después de 714 días sin correr, sacó su garra, corazón, y los derrotó en el Clásico José María Vargas.
como hipico siempre crei que es un fenómeno con su típico correr cabeza baja sinonimo de buen ejemplar ahora bien al sr Parilli tiene que cuidadar este caballo no vaya a ser que se lo malogren de verdad por envidia no es la primera ves que sucede
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